martes, 19 de febrero de 2008

La familia perfecta

Mario no solía escaparse de la casa, pero aquella noche tomó la decisión y no lo dudó. Sus padres dormían como una hormiga reposa en los más inhóspitos recovecos de un hormiguero. Él dejó la carta que había escrito hacía unos meses sobre la biblioteca de la entrada a la casa. La carta decía:

"No dudo de su amor hacía mi, pero siento que las cosas en esta vida son injustas, que uno no puede más con su persona e intenta escaparse de su propia realidad. Lo siento, creo que lo mejor es que me vaya y que no interfiera más en sus vidas".

Mario había cumplido 16 años, hacía 2 meses atrás, el 10 de septiembre.
Caminó sin sentido al principio, aunque su inconsciente lo guía a la casa de su amigo, su mejor amigo, Lisandro. Al darse cuenta de lo cerca que estaba y viendo que eran las 3.57 del jueves, le mando un mensaje de texto a su amigo explicándole resumidamente lo acontecido. Lisandro asombrado le dijo que se fuera para su casa de inmediato.
Algo tremendo estaría a punto de pasar.
Mario corría como si se escapara de algo o alguien.
Llegó a la casa de su amigo e hizo sonar su celular para que le baje a abrir. Lisandro atendió y cuando le estaba avisando que bajaba, Mario veía que Cecilio, el vecino de su amigo, estaba llegando.Tenía un aspecto desagradable, como si hubiera bebido alcohol toda la noche. Mario le aviso a su amigo y le dijo que no hacía falta que bajara, Cecilio estaba por entrar.
"Hola Cecilio, cómo anda?"
"Aaah, bieeeen pibe, ¿cómo andás vos cheee? ¿Qué hacés a estas horas por acá nene?"-la garganta de Cecilio estaba tan enronquecida, que parecía haber fumado cientos de años.-
Una vez adentro, palabras iban y venían.
Llendo hacia el ascensor: Yo voy por las escaleras, prefiero ejercitar los músculos, jojoojo -Cecilo le dijo a Mario, el cual se quedó con una cara como diciendo "este tipo está loco".-
Mario esperaba con algo de miedo el asensor, pensando una y otra vez en las palabras de Cecilio.
Cuando llegó el asensor abrió la puerta y entró simplemente. Quinto Piso, ese era el de Lisandro.
Subiendo, pensaba en que la solución a todos los problemas siempre había sido Lisandro y su familia (la que tanto para él era la soñada, la perfecta). Tantas veces habían sido tan buenos con él. Dándole un lugar en su casa para dormir cuando las cosas en su casa no iban muy bien y Amalia, la madre de Mario, le pedía a su hijo que fuera a dormir a lo de su amigo, su mejor amigo. Cuando Mario no tenía más remedio, ahí estaba Lisandro, como fiel amigo y siempre predispuesto en los buenos y no tan buenos momentos...
"CLANC" el ascensor había llegado al quinto. Abrió la puerta del ascensor, la puerta de la casa estaba abierta, todo adentro oscuro. Hizo luz con su celular. y vió una nota que decía en la ventana enfrente de la entrada: "No hagas ruido, tampoco prendas las luces estan mis viejos durmiendo, estoy arriba"
Asombrado Mario comenzó a caminar y tropezó con el perro, que ni se movió: -¡Aaah, este Lorenzoo ! dormilón de cuarta- Pensó él.
Subiendo las escaleras sentía como sus zapatillas resbalaban, como si hubiesen limpiado el piso y no lo dejaron secar.
Una vez arriba, vió a lo largo del pasillo la puerta entornada, dejando una pequeña linea de luz escaparse, Mario asustado por la oscuridad que dejaba atrás apuraba sus pasos a través del pasillo, que tantas veces habría atravezado.
Al llegar a la puerta, decidió llamar a su amigo para avisarle que no se asustara que ya estaba en el pasillo. El celular de Lisandro empezó a sonar adentró del cuarto. Nadie atendía, Mario pensó que estaría haciendole una broma a él. Cuando abrió la puerta del cuarto, de una brusca manera...
Espanto, sangre, horror.
Tres sujetos irreconocibles boca arriba empapados de sangre, con sus mandibulas partidas, un ojo en cada mano. En cada pecho de esos tres sujetos había agüjeros, y del ventilador colgaba una bolsa con los respectivos corazones. Mario reconoció los 3 sujetos, Pedro, Marcela y Lisandro, la familia perfecta.
Mario no entendió que pasaba y entró en un estado de shock al ver tal situación.
La masacre llevó a Mario a terminar con su vida. Se asomó por la ventana de un quinto piso, donde todo era perfecto y parecían desaparecer los problemas.



Andrés Roldán

2 crustacios:

Anónimo dijo...

Una genialidad tu blog la verdad, me encantó. El texto, que ya cuando lo leí por primera vez me había gustado, y ahora mucho más. Y los temas que pusiste, son muy bonitos también, sobre todo Angelina, que fue el primero que me hiciste conocer. Me encantó todo.

Seguí así? Sí, seguí así, ja.


Te veré?



Lucía

Anónimo dijo...

Andi: esta historia es buena, aunque no voy a negar que oscura. Creo que hay más riqueza que en textos anteriores, eso es positivo. Aún me cuesta creer que escribas así... ahora no me siento tan sola.
Ah, cuando quieras, pasame algo y te corrijo las faltas (sí, lamentablemente, hay).