miércoles, 6 de agosto de 2008

Ellos

Se cruzaron una vez, en un lugar que nadie piensa cruzarse con una persona así, tan especial.
Él demasiado impaciente. Ella tan increíble.
Avanzó, quiso conocerla demasiado rápido y ella no tuvo opción, ni siquiera tampoco lo pensó. Parecían dos socios que se están conociendo y los dos tienen planes para un mismo negocio y tienen esa fe de que las cosas van a salir bien, y quizás la única diferencia es que los socios ven todas las problemáticas o como se quieran llamar que pueden llegar a venir; ellos no, no les importaba nada, porque solo pensaban en el amor que se tenían.
Contra la corriente es difícil ir, por lo menos lo fue para él y para ella también.
El fue su primer amor, y ella también lo fue para él.
Las historias de amor tienen finales a veces "suponibles", esta es un poco extraña (la historia), yo digo que es de amor porqué si, se amaron, se desearon tanto el uno para el otro, es algo que suena tonto quizás, pero realmente es lo que pasó. Y el final ¿quién sabe?
A escondidas lograron algo que parecía un sueño, no podían creer que pudieran estar juntos y todo lo que se amaban. Ella siempre decía: "No puedo creer amar tanto a una persona como te amo a vos"
El nunca se animaba a decir nada. Es una de las personas más inseguras del mundo, creo.
Pero en la vida existen miles de circunstancias que quiebran lo casi perfecto, podría compararlo como cuando alguien se copia en un examen y sabe que está mal, y espera que el profesor no encuentre la hoja toda escrita con las respuestas del examen, y ¿qué pasa? la encuentra.
Y el amor crecía cada vez más cuando más crecían los problemas, y eso les hacía saber que siempre pasara lo que pasara, estarían juntos.
Pero todos crecen y cambian su carácter y su forma de ser, en cierta manera, y ellos siendo adolescentes vivían de cambio en cambio pero parecía que el amor no se iba a acabar.
Ella veía que a medida que pasaba el tiempo, este gran amor iba deshaciendo muchas cosas que formaban su vida y esto también era triste, pero no podía medir que tristeza era mayor, si la de perder su entorno (que no tenía nada que ver con su amor) o a su amor, y quizás actuó de la manera en la que menos sufrimiento se iba a sentir.
Pensó cada palabra que diría, en que momento iba a ser, lo que vendría después de eso y en todo lo que vivieron juntos; se mandó a lo que era el final como un reportero de guerra en medio de la misma.
Tenía el miedo de todo, hasta de salir de su casa ese día, se mordía el labio de abajo, pensando en todo al mismo tiempo. Sabía que ese día todo cambiaría.

Él la esperaba en el mismo lugar de siempre, con una sonrisa que se dibujaba cuando veía venir su figura, la del amor de su historia.
Espero el momento indicado. Pero el momento indicado nunca existió, ella no aguantaba más el nudo en su pecho, no quería que pasara nunca eso.
Respiro profundo y ni lo pensó:
"te amo tanto, sé que dije miles y miles de veces que eras el amor de mi vida y que nunca iba a poder amar a nadie como a vos y eso quiero que sepas que va a ser así mi amor, pero es todo tan complicado tengo tantas cosas en la cabeza que me andan dando vueltas y no encuentro la solución, no nos está haciendo bien a ninguno de los dos esto.y creo que lo mejor es que esperemos... pero cada uno por su lado"
Él quedo impactado. Nunca unas palabras habían sido tan correctas en medio de todo ese amor ciego, ni tampoco había escuchado nunca el sentido de esas palabras tan horribles que llegaron a sus oídos, lastimando tanto y tan profundo.
Ella quería morir junto a su lado y no vivir más en ese momento.

La vida sigue y ellos, cada uno por separado, lograron ver más lo que los rodeaba, y apreciarlo verdaderamente, sabiendo que existía algo más allá del amor entre dos.
Me gustaría escribir el final de esta historia, porque es diferente como ya dije.
También me gustaría decirle a él que su inseguridad es lo que le juega en contra y hace que otro esté inseguro de él, en este caso su amor.
A ella me queda decirle... tantas cosas. Quizás no eligió lo que a él le hubiese gustado, pero también ella disfrutó lo que vivió. Quizás probó corazones de otras personas, pero el suyo ya tenía molde y no consiguió curar la herida.


Cuando tenga noticias les cuento, el final lo siguen escribiendo... ellos.


Andrés Roldán