martes, 6 de mayo de 2014

Si, claro...

El otro día en un cumpleaños, hablaba con alguien que conocía por primera vez. Al rato ya no me acordaba su nombre.
Siempre que conozco a alguien, pasa lo mismo:
- Hola, Andrés... (me presento)
- Hola, me llamo Carlos (y se presenta)
- Un gusto, igual es muy probable que me olvide tu nombre, soy un desastre con los nombres (cara sonriete, cual vendedor de autos)
Cuando arreglo con alguien para charlar o para hacer algo, le pido que me lo recuerde una hr antes de ese encuentro... porque "tengo una memoria malisima."
Cuando alguien me cuenta algo, siempre digo "quedate tranqui, que muere acá. No solo porque se guardar algo, sino porque además seguro en un rato me olvido, jaja" (y pongo la misma cara que expliqué antes).

Excusas. Todas son excusas.
Todo fue una clara demostración de la importancia que le di a cada una de esas relaciones.
Lo que llegue a recordar, es directamente proporcional a la importancia que le doy.

0 crustacios: